sábado, 2 de agosto de 2014

MIQUEAS. CAPÍTULO 4.



 Restauración: el monte del templo (Is 2,2-4)

4 1ª[M] -Al final de los tiempos estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas.
2Hacia él confluirán las naciones,
caminarán pueblos numerosos;
dirán: Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob;
él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas;
porque de Si6n saldrá la ley,
de Jerusalén la palabra del Señor.
3Será el árbitro de muchas naciones,
el juez de numerosos pueblos.
De las espadas forjarán arados;
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
4Se sentará cada uno bajo su parra y su higuera,
sin sobresaltos
-lo ha dicho el Señor de los ejércitos-o
5[F] -Todos los pueblos caminan
invocando a su Dios,
nosotros caminamos invocando siempre
al Señor, nuestro Dios.

El resto y el Señor rey

6[M]-Aquel día -oráculo del Señor-
reuniré a los inválidos,
congregaré los dispersos
a los que maltraté:
7haré de los inválidos el resto,
los desterrados serán
un pueblo numeroso.
Sobre ellos reinará el Señor en el monte Si6n
desde ahora y por siempre.

8[F]- Y tú, Torre del Rebaño, colina de Si6n,
recibirás el poder antiguo,
el reino de la capital, Jerusalén.

Salvación por la prueba

9y ahora, ¿por qué gritas quejándote?
¿No tienes rey, te falta el consejero?
¿Por qué te retuerces como parturienta?
10[M]-Retuércete como parturienta,
expulsa, Sión,
porque ahora saldrás de la ciudad
para vivir en descampado;
irás a Babilonia y de allí te sacarán,
te rescatará el Señor de manos enemigas.
11 [F]-Ahora se alían contra ti
muchas naciones diciendo:
Estás profanada,
gocemos del espectáculo de Sión;
12y no entienden los planes del Señor,
no comprenden sus designios:
que los junta como gavillas en la era.
13Arriba, trilla, Si6n:
te daré cuernos de hierro y pezuñas de bronce,
para que tritures a muchos pueblos;
consagrarás al Señor sus ganancias,
su riqueza al Dueño de la tierra.
14[M]-Ahora se juntan en tropeles,
nos ponen asedio,
con el cetro golpean en la mejilla
al Juez de Israel. 

Explicación.

4-5 Estos dos capítulos hablan de restauración; por lo cual algunos los consideran la conclusión después de los oráculos de denuncia, 2-3. Pero dentro de ellos hay incoherencias y aun oposiciones. ¿Cómo se explican? a) Echando mano de dos autores o épocas: al escrito original de Miqueas se le añadieron glosas importantes y abundantes. b) Echando mano de dos voces que dialogan en una controversia; de modo que la oposición y debate son factor del sentido. 

Signos de composición propuestos en esquema: 

Al final de los tiempos 4,1
Aquel día 4,6
Y tú 4 8: ahora 4,9.10.11.14
y tú
5,1: será 5,4.6.7.9 

Todos los oráculos tratan de restauración. Difieren y aun se oponen en el modo de concebirla, en el tiempo previsto, en los protagonistas señalados. En esquema: 

4,2 todos confiesan al Señor
4,5 sólo nosotros lo confesamos
4,9 ¿por qué te retuerces?
4,10 retuércete, porque ahora
4, 14 ellos golpean al juez
4, 13 tritura a muchos pueblos
5,3 con el poder del Señor
5,4 a espada y con daga
5,6 será como rocío
5,7 será como león
5,9s sin armas + 4,3
5,5 con armas + 4,13 

Comparando comienzo y final, descubrimos una repetición temática significativa: Dios destruye las armas en todo el mundo y en Israel. Miqueas tiene la primera y la última palabra; los textos beligerantes son de los falsos profetas. Lo indicamos en la traducción con las letras F(alsos) y M(iqueas). Quedan dos versos de atribución muy dudosa: 4,7b y 5,3b. 

4,1-4 Los versos 1-3 coinciden con Is 2,2-4; el v. 4 se aparta totalmente del último de Isaías. No hay modo de resolver cuál de los dos -o un tercero- sea original. 

Imaginemos, como hipótesis heurística, que el poeta contempla desde el monte Sión la convergencia de caravanas israelitas que acuden a la alegre fiesta de las Chozas. De todas partes del suelo patrio vienen, convergen, suben por la colina hacia el templo; al acercarse se escuchan sus cantos... De repente, en la fantasía del poeta la escena se transforma: contempla en la lejanía un paisaje de montañas, y descollando en la serranía, una montaña cimera, como atraída hacia el cielo por la fuerza ascensional de la presencia divina. 

De todas partes del mundo se ven converger caravanas de pueblos (cfr. Is 19, 16-25; Sal 87), como si fueran ríos engrosados por afluentes, que avanzan, confluyen y ascienden monte arriba. ¿Qué fuerza de gravedad contraria los congrega? El canto lo dice: la ley o voluntad del Señor hecha palabra para la convivencia humana y la palabra del Señor hecha mensaje profético de esperanza. Aceptan el arbitraje justo y pacífico de Dios y transforman las armas para usos pacíficos (cfr. Is 11,6-9; Sal 46,9). Están desandando la dispersión primigenia de Babel y están prefigurando Pentecostés. 

4,4 Verso de Miqueas que condensa la vida pacífica: 1 Re 5,5; Zac 3,10. 

4,5 Los falsos profetas niegan la universalidad. Sólo Israel venera al Dios verdadero, los otros pueblos veneran a sus dioses. (Todavía hoy se usa entre los judíos esta frase como profesión de fe). 

4,6-7 Empalmado con lo anterior: en las caravanas habrá también una confluencia de desterrados israelitas, precisamente los inválidos, hacia el monte Sión. Esto supone un destierro: de Israel ya sucedido (722, cfr. Jr 31,1-14), o futuro y previsto de Judá. 

4,8-9 Los falsos profetas anuncian a Sión triunfos y poderío, como en tiempo de David. El "rebaño" evoca el recuerdo del rey pastor; la "torre" es signo de poder (Is 2,15). La capital no tiene por qué temer, por qué retorcerse; puede fiarse de su rey davídico y de la prudencia política de su consejero (Is 9,6; 11,2). 

4,10 En cambio Miqueas invita a lo contrario: el tiempo actual es de prueba. Al ser conquistadas las plazas fuertes (por Senaquerib), ciudades y aldeas se han vuelto inseguras (Jr 6,1; 10,17). Creemos que Miqueas habló simplemente de salir de la ciudad y habitar por un tiempo en la estepa; más tarde, ya la luz de los sucesos, alguien especificó que se trataba de Babilonia.

4,11-13 Los falsos profetas proponen una victoria fulminante de Sión contra una coalición de naciones. Sin crítica, están aplicando a la coyuntura presente un esquema de acción divina (que conocemos por textos posteriores): a saber, convoca a los enemigos, los hace venir y los derrota en su territorio (véanse Sal 2; Is 14,24-27; Ez 38). Del animal doméstico que trilla (Dt 25,4; Os 10,11) salta el autor al toro bravo que embiste (Dt 33,17). 

4,14 Miqueas corrige la visión optimista para evitar falsas ilusiones. Herir con vara o cetro parece ser acto injurioso, quizá imposición de vasallaje. El juez = gobernante = rey tiene que aguantar la ofensa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario