Llamada
a juicio (Sal 50)
6 1Escuchad lo que dice el Señor:
Levántate,
llama a juicio a los montes,
que los collados escuchen tu voz.
2Escuchad, montes, el juicio del Señor,
firmes cimientos de la tierra:
que los collados escuchen tu voz.
2Escuchad, montes, el juicio del Señor,
firmes cimientos de la tierra:
el Señor
entabla juicio con su pueblo,
pleitea con Israel.
pleitea con Israel.
3Pueblo
mío, ¿qué te hice,
en qué te
molesté? Respóndeme.
4Te saqué
de Egipto, te redimí de la esclavitud,
enviando por delante a Moisés, Aarón y María.
5Pueblo mío, recuerda
enviando por delante a Moisés, Aarón y María.
5Pueblo mío, recuerda
lo que
maquinaba Balac, rey de Moab,
y cómo respondió Balaán, hijo de Beor;
recuerda desde Sittim* a Guilgal,
y cómo respondió Balaán, hijo de Beor;
recuerda desde Sittim* a Guilgal,
para que
comprendas que el Señor tiene razón.
Compensación
cúltica
6-¿Con
qué me presentaré al Señor,
inclinándome al Dios del cielo?
¿Me presentaré con holocaustos,
inclinándome al Dios del cielo?
¿Me presentaré con holocaustos,
con becerros
añojos?
7 ¿Aceptará
el Señor un millar de carneros
o diez mil arroyos de aceite?
o diez mil arroyos de aceite?
¿Le ofreceré
mi primogénito por mi culpa
o el fruto de mi vientre por mi pecado?
o el fruto de mi vientre por mi pecado?
8-Hombre,
ya te he explicado lo que está bien,
lo que el Señor desea de ti:
lo que el Señor desea de ti:
que defiendas
el derecho y ames la lealtad,
y que seas humilde con tu Dios.
y que seas humilde con tu Dios.
9¡Qué acierto
es respetarte a ti!
Denuncias
y amenazas
¡Oíd! El
Señor llama a la ciudad,
escuchad, tribu y sus asambleas:
escuchad, tribu y sus asambleas:
10-¿Voy
a tolerar la casa del malvado
con sus
tesoros injustos, con sus medidas
exiguas e indignantes?, 11 ¿voy a absolver
las balanzas con trampa
exiguas e indignantes?, 11 ¿voy a absolver
las balanzas con trampa
y una
bolsa de pesas falsas?
12Los ricos
están llenos de violencias,
la población
miente, tienen en la boca
una lengua embustera.
una lengua embustera.
13Pues
yo voy a comenzar a golpearte
y a devastarte por tus pecados:
y a devastarte por tus pecados:
14comerás
sin saciarte,
te retorcerás
por dentro;
si apartas
algo, se echará a perder;
si se
conserva, lo entregaré a los guerreros;
15sembrarás y no segarás,
15sembrarás y no segarás,
pisarás
la aceituna y no te ungirás,
pisarás la uva y no beberás vino.
pisarás la uva y no beberás vino.
16Se observan
los decretos de Omrí
y las prácticas de Ajab;
y las prácticas de Ajab;
seguís
sus consejos; sí que os devastaré,
entregaré la población al oprobio
entregaré la población al oprobio
y tendréis
que soportar la afrenta de mi pueblo.
Explicación.
6-7 Una
composición genérica de denuncia y promesa ha reunido estos oráculos al final
del libro, 5,1-7,7 y 7,8-20, aunque sin correspondencias precisas entre ambas
partes. En cambio, de 6,1 a 7,7 discurre una unidad semejante a otras, especialmente
de Jeremías.
6,1-7,7
El proceso se puede resumir así:
a) 6,1-5 el Señor se querella con su pueblo ante testigos: después de haber hecho tanto por él, ¿qué ha recibido en pago? b) 6,6-9a el pueblo aprecia su culpa y propone una compensación cúltica, que el Señor rechaza; lo que busca es justicia. c) 6,9b-16 Una enumeración apretada y apasionada demuestra la injusticia del pueblo, que hace inútil la compensación cúltica; ¿valdrá la intercesión de un mediador? d) 7,1-7 el profeta, discurriendo como Abrahán ante Sodoma, no encuentra justos que aplaquen a Dios, antes lo contrario; sólo le queda denunciar, amonestar y esperar él solo en su Dios.
La
querella no es penitencial, pues no termina en conversión y perdón. Se parece a
la denuncia de Jeremías sobre el templo: no vale culto ni intercesión, Jr 7,1-28,
y la denuncia sobre la alianza: no valen intercesión ni culto ni elección, 11,1-17.
Tres veces, al comenzar, se llama la querella rib . Testigos son esta
vez los montes y los cimientos de la tierra: lo alto y lo hondo. El pleito se
entabla entre dos partes, "el Señor y su pueblo", una de las cuales
resultará inocente, tendrá razón (Sal 51,6), y la otra culpable o pecadora.
6,1 Los
montes no son encausados, sino testigos notariales, como cielo y tierra en otros
textos: Is 1,2; Dt 32,1.
6,3 O no
se le deja responder o se ha quedado sin respuesta.
6,4-5
Es curiosa la selección de beneficios. Miriam quizá recordando el epinicio (Ex 15)
y el paso del Mar Rojo, Sittim y Guilgal recuerdan el paso del Jordán.
6,5 * =
Acacias.
6,6
Véanse Ex 23,15; 34,20.
6,6-9a
El pueblo recuerda y reconoce sus rebeldías. Ahora bien, el culto oficial ofrece
mecanismos para expiar pecados. El pueblo sugiere sacrificios valiosos, incluso
recurre mentalmente a los más valiosos aunque ilegales (Lv 18,21; 20,2),
sacrificios humanos. En tales condiciones, sin enmienda radical, el Señor no
acepta sacrificios. El tema es tradicional y frecuente: Is 1,10-20; Jr 7; Sal 50
etc.
6,8 La
interpelación escueta "hombre" nos sorprende y suena con énfasis como
correlativo de "tu Dios". Como señalando la común humanidad de todos
frente a Dios. El verso nos ofrece una síntesis de deberes, con el prójimo y
con Dios. No sabiendo qué hacer con él, traslado aquí un sintagma del verso
siguiente.
6,9-16
El texto presenta dificultades, por lo que algunos cambian el orden de los versos.
Hemos preferido mantener el orden del texto hebreo, suavizando en la traducción
asperezas gramaticales.
6,9
Interpela a la capital, donde se celebran las asambleas (Is 33,30; Ez 36,38; Sal
74,4).
6,10 Véase
Am 8,5.
6,11 Véase
Dt 25,13-15.
6,12
Véanse Am 3,10; Sof 1,9.
6,14-15
Una de las maldiciones clásicas es cultivar sin fruto o ver que se lo llevan otros
(Lv 26,26).
6,16
Omrí fue el fundador de una dinastía y de la capital, Samaría (884-874). Ajab fue
sucesor suyo y pasó a la historia por el crimen contra Nabot (1 Re 21).
La "afrenta"
es probablemente el vasallaje a un soberano extranjero. Si los judíos imitan a
sus hermanos del norte, sufrirán la misma suerte.
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